Otra vez en domingo, y como siempre en este día de asueto y "predicado", no hay nada como un poco de buen humor.
Una gran ola cubre parte de la playa y se lleva a un niño que estaba jugando en la orilla con su palita...
Su padre Josep, corre desesperado, mira al cielo y se dirige directamente a Dios:
"Dios mío...soy yo, el Josep, no pots hacerme esto a mí... no pots llevarte al nen... yo siempre he sido un buen catalán, buen cristiano, cumplo lo que dice la religión al pie de la letra, no pots hacerme ésto a mi... voy a misa, a Montserrat, colaboro con la comunitat... por favor... devuélveme a mi hijo... tráelo de nuevo junto a mi..."
En ese momento, un rayo rompe el cielo , un estruendo silencia a los veraneantes... sin duda es la señal de Dios para Josep... una nueva ola llega desde el mar... y devuelve al niño a la orilla...
Josep es testigo del milagro, su amado hijo ha vuelto...
Entonces, con lágrimas en los ojos, vuelve a mirar al cielo, respira profundamente y le dice al Supremo:
"Señor....¿...y la palita...?
El resto es...shh...shilencio.
Feliz y Plácido Domingo.
Sed felices o, al menos, intentadlo.
Gracias por estar ahí.
ps. Nuestro agradecimiento a Inma por su inspiración en el post de hoy.
ja ja Lo conocía y es GENIAL. GRacias por el recordatorio. Besotes
ResponderEliminarOiga, Don Rampy, es que la palita vale una pasta, eeeeh!
ResponderEliminarBon diumenge!
Eso...sin pala no quiero crío.
ResponderEliminarAlaaaaaaaaa, jajajajaja! Muy bueno! No me lo esperaba... :)
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