344. Sobre Rampy y los espejos retrovisores.

Jueves 26 de Febrer0 2009.0:07 hora Zulú. Escribiendo, sin mucha "zalú".
Relato escrito para participar en la cuarta edición del CONCURSO ESCRIBE TU HISTORIA de EL MOSQUITERO.

A Rampy le gusta mucho viajar. Cuando anda por casa, está constantemente viajando, por ejemplo, "viajando" de su cuarto al cuarto de baño, o del cuarto de baño al comedor, haciendo una parada técnica en el frigorífico para repostar, etc. o haciendo el camino de vuelta al cuarto de baño para hacer otra parada y cambiar "aceites y filtros".
Rampy tardó bastante tiempo en sacarse el carnet de conducir. Aprovechó la circunstancia que, su hermano menor se lo estaba sacando por una cuestión de trabajo y en su familia pensaron que era el momento idóneo para que él se lo sacara también. Lo que su familia no sabía todavía es que Rampy iba a sufrir "complejo de doctor Jekyl y Mr Hyde" a la hora de hacer el examen.
En la teórica, no hubo ningún problema. Nuestro amigo estuvo haciendo todo tipo de tests (incluso había tests de limón y tests de melocotón) hasta que el profesor de turno, pensó que estaba preparado para examinarse, y afortunadamente, todo sucedió de forma normal.
La dificultad se presentó cuando nuestro amigo tuvo que "enfrentarse" contra el "monstruo-coche" en una "lucha infernal "sin cuartel", pero con mucho arte, y que le dejó sin "cuartos"(1) en la hucha.
En las primeras lecciones, todo marchó bien, pero luego se complicó conforme fueron pasando las clases. Y es que las cosas no empezaron a ir bien con el profesor de turno, que era un auténtico "turnante".
Tras unos cuantos intentos frustrados de exámenes suspendidos, la familia de Rampy pensó que quizá era problema de la autoescuela, así que decidieron cambiarlo a otra .
En la primera autoescuela , Rampy conducía un Renault supercinco, y cuando se cambió (de autoescuela, se entiende), pasó a conducir un Ford escort de color Rojo, que, por paradojas del destino , pasaría a convertirse en su tercer coche( no ése, claro está, sino uno del mismo modelo y mismo color), el malogrado Robert II .
Tras haber dado 135 clases, pasar por dos autoescuelas, y hacer 13 intentos de examen en un año y medio con un coste total de 300.000 de las antíguas pesetas, y después de haber hecho un "repaso exhaustivo" de las principales infracciones de tráfico por todas las calles de su ciudad, Rampy consiguió su ansiado carnet de conducir.El presentarse tantas veces a los exámenes prácticos de conducir, hizo que nuestro amigo llegara a conocer personalmente a casi todos los examinadores, que, en ocasiones, le preguntaban por la salud. Casualmente se examinó un martes y trece, aunque el título se lo expidieron un día más tarde, y tardó un mes en conseguirlo desde su fecha de expedición.( (Rampy pensaba que los funcionarios se habían ido de "expedición" a un lugar indeterminado hasta nueva fecha).
Para celebrarlo, su familia le había preparado un gran cartel en el salón de su casa que ponía: "FELICIDADES, CAMPEÓN, POR FIN LO HAS CONSEGUIDO"., cosa que hizo que Rampy llorara lágrimas de la emoción sin caer en la conmoción.Y a partir de entonces, su familia empezó a respirar más tranquila.Pero el conseguir el carnet de conducir, no significa que sepas conducir. Además, Rampy, no tenía coche, y tardó unos seis años en tener su propio vehículo.
La primera vez que Rampy le pidió el coche a su hermano menor, le hizo unos seis "bollitos" a lo largo del mismo, cosa que no puso a éste contento, y a partir de entonces, Rampy tuvo que pedir el coche a su hermano "con tiento".
El vehículo era un renault ocho de color blanco, casualmente del mismo color del coche que tiene ahora ( inmo).
El primer coche que tuvo Rampy le duró aproximadamente unos dos años. Era un FORD fiesta blanco, de nombre Harrison ( Harrison FORD) y cuyo terrible final contamos aqui.
Después del accidente, pasaron unos meses sin tener coche y llegó a su vida un Ford fiesta Rojo de nombre Robert I( llamado así por ser un "Red Ford", o sea, un ford rojo) , pero éste apenas si duró un año, transcurrido el cual, llegó un hermoso Ford Escort rojo de nombre Robert II, hasta que éste "estiró la rueda" y llegó a su vida INMO.
Nuestro amigo Rampy ha sido desde siempre un chico inquieto, de naturaleza intranquila, dando la sensación de que cuando estás con él , estás viendo a tres personas a la vez de lo nervioso que es.
Para colmo de males, siempre ha tenido mucha fuerza, sobre todo en sus manos.
En cierta ocasión,en un día soleado a su coche se le había despegado el espejo retrovisor interior y Rampy fue a una cristaleria especial de coches para ver si le podían solventar el problema. y sucedió lo siguiente:
-Hola, buenas, mire es que se me ha despegado el espejo retrovisor y venía a ver si me lo podían arreglar- dijo Rampy
-No se preocupe, ha venido al lugar adecuado. Tenemos un pegamento especial que al hacer contacto con el cristal hace que sea físicamente imposible despegarlo. Es más, si lo despega, tendrá que llevarse el cristal por delante- Dijo algo eufórico y entusiasmado el dueño.
-Muy bien, estupendo, es lo que me hacía falta-dijo Rampy supercontento, esperando no tener más el mismo problema.
El chico se aleja del lugar donde estaba Rampy durante unos instantes y trae una cola de contacto. Unta el plástico que rodea el espejo y lo fija al espejo.
-Ahora, pasados unos segundos, estará completamente pegado-dijo el mecánico
-Muy bien, estupendo- dijo Rampy
-Ya está, solucionado- dijo el mecánico entonces
-¿ Qué se le debe, maestro?- dijo Rampy todo educado
-Nada,- dijo el mecánico.
Entonces nuestro amigo Rampy se monta en su recién reparado coche y toma la vía de la calle.
Contento por haber sido capaz de resolver la situación, se incorpora al tráfico rodado y conduce hacia otro destino.
Debido a la naturaleza de su trabajo eventual ( carga y descargas maletas en el aeropuerto), nuestro amigo Rampy tiene que usar las manos a menudo, teniendo que sacar las maletas de una cinta. A veces, las maletas, van encajadas una dentro de otras, y entonces, nuestro amigo tiene que tirar hacia afuera, como si fuera a sacar una planta de la tierra, para poder sacarla. Por esta razón, quizá haya desarrollado más fuerza de lo normal en sus manos.
Lo cierto es que horas más tarde de la reparación a nuestro amigo se le ocurrió dar un "tironcito" al espejo para ajustarlo y para su sorpresa LO ARRANCÓ DE CUAJO!!!
Al día siguiente, nuestro amigo se presentó al mecánico, la misma persona que el día anterior le aseguró que era FÍSICAMENTE IMPOSIBLE arrancar el espejo de la luna del parabrisas.
La cosa sucedió así:
-Hola, de nuevo, no sé si se acuerda usted de mí, vine ayer para que me arreglara el espejo- dijo Rampy
-Sí, claro que me acuerdo de usted, ¿ qué le pasa?- dijo el mecánico
-Pues, verá... creo que algo ha ido mal- dijo Rampy un poco cortado y enseñándole el espejo retrovisor al mecánico.
- ¿ Pero qué ha hecho? ! Qué pedazo de bruto!- dijo el mecánico, sorprendido.
-Yo?, nada, simplemente, le di un tironcito al espejo para ajustarlo, pero creo que me pasé un poco- dijo Rampy
-Bueno... ejem..., no se preocupe, vamos a ver si le buscamos otra solución..., pero por favor esta vez no vaya a tocar el espejo en..., al menos tres días- dijo el mecánico.
Entonces el mecánico fue a buscar otra solución de cola, poniendo un poco en el espejo y otro poco en un trozo de goma que iba pegada al espejo. Con un mechero quemó la solución y la adjuntó a la luna
-No se le ocurra mover el espejo en, al menos, tres dias- repitió el mecánico machaconamente.
-Está bien, no se preocupe. ¿ Qué se le debe?- dijo Rampy
-Nada, está bien- dijo el mecánico.
-Gracias, hasta otra ocasión- dijo Rampy
-Hasta otra- dijo el mecánico.
Y así termina nuestra historia.
Postdata: Rampy no volvío a tocar el espejo retrovisor en un tiempo, por temor de que, lo que pudiera suceder, podría dejar en evidencia de nuevo al mecánico, aunque ya eso nunca se sabrá.
MORALEJA: Nunca confíes en lo que te digan los vendedores bondadosos, porque te pueden "vendar" la realidad , y dejarte "vendido" como a un cupón.El remanente es circunspección. ( El resto es silencio)
Feliz Jueves
(1) Cuartos: En este contexto, dinero.