Si eres confiado, y si te dan uno de estos golpes, te da un palo muy gordo, y, si te lo tomas demasiado a pecho, puede ocurrir que, a la larga incida en tu salud emocional y física y repercutir en tu ánimo, con tu familia y tu entorno.
Es entonces, cuando te vuelves desconfiado, no por nada en concreto, sino por todos los palos que te ha dado la vida.
Hay que intentar sobreponerse y seguir viviendo,(no, no digo que se vuelva uno confiado, pero cuando ocurre estas cosas, lo mejor es tomar todos las precauciones posibles para evitar que estas cosas vuelven a suceder), que es de lo que se trata.
Aunque, reconozco que una cosa es la teoría, y otra, bien distinta, la práctica.
El cerebro es ese órgano, en que se alojan todos nuestros recuerdos, algunos de los cuales, nos martirizan como si fueran santos quemados en la hoguera.
Hay determinadas cosas que olvidamos, y otras que queremos olvidar, y por mucho que lo intentamos, no podemos . Son las paradojas de esta vida.
Y bueno, en fin, espero que el fin de año eche su manto invernal y se lleve con él todos los recuerdos desagradables de mi memoria.
Un saludo.
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