334. Sobre ALTA TENSIÓN

Martes 3 de Febrero 2009.0:07 hora zulú. Escuchando "zulú" de Jean Michel Jarre.
Hoy os contaré otra historia. Se titula: ALTA TENSIÓN
El día amaneció frío y desapacible, y calentarse era misión casi imposible. Rampy estaba impasible frente a la ventana viendo el día pasar y tambien viendo las hojas que se movían de los árboles, así como las del libro que estaba leyendo.
Apenas si había vida en el exterior, y sólo escuchaba el trino de algunos pájaros buscando comida,( hacía tanto frío que hasta los pájaros iban en trineo, ), mientras, Rampy, intentaba "atrinar", con la llave del armario, porque ésta no abría.
Ese día, nuestro amigo, tenía una cita con la enfermera, ( pero no cita para salir, no, sino otra clase de cita. Ese tipo de cita que ni incita ni excita.). Le habían recomendado que se tomara la tensión regularmente, pero no de mala manera, sino de forma periódica, (o quizá de revisto), puesto que en su familia tiene antecedentes de hipertensión por parte de su madre, así que para evitar males mayores, lo quería hacer, porque más vale prevenir que curar.( quería evitar que un cura viniera de antemano [ o sea , "Previniera"] a su vida.)
El día anterior había pedido la cita en el ambulatorio, que encontró por casualidad, mientras deambulaba( Se pregunta Rampy, si una ambulancia que deambula perdida, se tendría que llamar DEAMBULANCIA) por los alrededores del edificio, ya que se había perdido, lo cual hubiera sido una gran "pérdida" para su familia.
Y es que Rampy tenía un sentido de la orientación que le dejaba sin sentidos. Y para encontrarse, tenía que perderse previamente.
El frío no cesaba y Rampy tenía la constante sensación de ser zen sin sazón. Algo así como si fuera un tazón de cereales llenos de seres reales. Era un día magnífico, pero lo que Rampy no sabía es que iba a estar llenos de acontecimientos alucinantes para su vida.
Al protagonista de nuestra historia le gusta llegar siempre temprano a los sitios. Es una manía que tiene. No le gusta ni esperar ni que le esperen, y por eso, siempre intenta llegar a una cita con tiempo suficiente.
El cielo estaba lleno de nubes, y en el ambiente se respiraba un aire raro, con olor a humo de coche recién sacado de tubo de escape; ese tipo de sensación que te dan ganas de "escapar" hacia otro lugar , o de "capar" al responsable E de semejante estropicio.
Llegamos al lugar de los hechos. Una amplia avenida llena de guindos, pero sin guindillas, nos contempla con temple. A escasos metros, un edificio sobrio, ( claro, no había bebido nada, al menos, esa mañana.). rectangular, con escasa vegetación, y un césped más parecido a un patatal que otra cosa, ( se disculpa un poco, puesto que no se trata de un estadio de fútbol) se intuyen en la entrada, acompañado de un banco, no siendo éste de sangre.
Rampy llega al umbral ( sin francisco) de la puerta. Se dirige directamente al número siete, donde tiene la consulta la enfermera. Un pequeño perímetro de unos 5 metros cuadrados aproximadamente, acordonado, (que no acondonado), y con unas sillas de maderas incomodísimas, es lo primero que se encuentra. Hay esperando algunas personas, y , conforme van sucediéndose los minutos, llegan más ,de la misma manera que si estuvieras recibiendo suero salino en tu cuerpo.(1)
Mientras tanto, Rampy, contempla las personas que deambulan por los pasillos esperando otras consultas, o más simplemente el paisaje de la ventana, consistente en una ventana sin paisaje (! Qué inconsistente!, ¿ no?)
Tras esperar unos 2o minutos para ver si le atendían, una señora , compañera de la enfermera, entra al despacho de ésta y le comenta que se va a llevar a algunos pacientes a su consulta. Previamente, pregunta a las personas que estaban esperando, el motivo de su consulta, y al final, se lleva a Rampy, viendo que éste sólo necesitaba que le tomara la tensión y que le prestaran "atensión".de forma relajada ( o sea, sin tensión).
Rampy, entonces acompaña a la señora, que va vestida sin la bata características de los doctores, sino que más bien iba de "calle".( Rampy piensa que es porque pertenecía al cuerpo de las enfermeras "secretas" vestidas de paisano[o sea, del país de los culos], y por eso se lo llevó "de calle", porque Rampy va siempre "de culo".)
Tras algunos minutos caminando, llegan a una sala situada en el pasillo principal de la estancia. Primero, hay una puerta que hay que "sortear" ( claro, porque las cosas están fatal en la Seguridad social, y hay que buscar recursos donde no los hay.) y tras atravesar lo que parece un despacho principal, se adentra en otra estancia, en donde hay una camilla y muchos instrumentos médicos.( que no es lo mismo que decir que" había muchos médicos con instrumentos en la camilla")
Rampy se sienta en una silla y empieza a desvestirse del tren superior como si fuera una cebolla( No lo hacía a velocidad de AVE, sino más bien de tren de cercanías). La doctora necesitaba que tuviera el brazo desnudo, y con el frío que hacía, ropa era lo que sobraba.( De todas formas, Rampy se sentía muy "arropado" en compañía de la enfermera.)
Tras unos minutos, terminó la operación " pelacebolla" , y Rampy ofrece su brazo a la doctora para que le mida el pulso( no, para que se lo tuerza, claro está). Ésta le enrolla en el brazo una tira elástica hinchable y lo ajusta al brazo de nuestro amigo, mientras introduce el fonendoscopio en el hueco que queda entre el brazo y la tira de goma.
Tras un par de minutos accionando una perita para inflar la tira y ver la presión, termina con su medición.
- 5 10, tienes la tensión "bajilla" ( Rampy pensó que tenía la tensión como si fuera un conjunto de platos para el servicio de mesa)-dijo la sanitaria
-No puede ser- dijo Rampy poniéndose los ojos como platos de la misma "bajilla" citada anteriormente.
-La he tomado dos veces y me ha salido la misma - dijo la señora
Tras quedar la duda por parte de Rampy, la doctora o enfermera ( ya no sabía muy bien qué era exactamente) acude a la mesa cercana y pide ayuda a otra persona que estaba allí sentada haciendo papeleos.
-¿Le puedes medir la tensión a este chico, a ver cuál te sale?- dijo la señora al otro hombre, que estaba sentado en la silla de su despacho.
-Si claro, !cómo no!- contestó a su vez esta persona.
El hombre se acerca hacia donde estaba Rampy sentado y le pide que se tumbe.
Le coge el otro brazo y después de realizar la misma operación concluye:
-Pues yo te mido 13 9
Rampy entonces, se queda bastante sorprendido y dice:
-¿Con cuál me quedo entonces?
-Bueno, la tomaremos de nuevo-responde a su vez, el hombre.
Repite la operación y le saca la misma tensión a nuestro amigo.
Se lo dice a la señora, cuando casualmente, pasa otro médico por allí, al que le comentan el problema y vuelven a realizar la misma operación de medición de tensión. El médico le dice a la señora que no puede mantener el brazo tan alto, porque entonces es normal que la tensión salga baja. Tras realizar las mismas operaciones antes descritas, el tercer hombre concluye:
-Pues yo le saco 14 10
-¿Con cuál me quedo yo entonces?- contestó Rampy,
-Probablemente, te estés poniendo nervioso, por eso te salen las medidas ligeramente distintas-dijo el tercer hombre
-Bueno, no sé, sólo quería saber .( Rampy en el fondo pensaba que si lo más conveniente sería hacer la media aritmética de las tres medidas y punto pelota, pero parece que en la medicina no funcionan la matemáticas.)
-Bueno, gracias- dice Rampy, mientras la señora se va, aduciendo que tenía una reunión, y deja a nuestro protagonista solo, sólo en compañía de los dos médicos. Nuestro amigo ya pensaba que eso no era normal y que estaba saliendo en un programa de cámara oculta en la televisión, por eso buscaba la ubicación de las cámaras, por si acaso, pero estaba equivocado de lado a lado.
Rampy entonces se acerca a la mesa de la segunda persona que le había medido la tensión tranquilamente y le pide a éste que le expida un papel donde pueda anotar regularmente las tomas de tensiones, pero el médico parecía no prestar "atensión", y tampco encontraba ninguno, así que después de mucho pensarlo, cogió una receta y apuntó el valor de la medición en ese papel.
Rampy se quedó muy sorprendido, cogió el justificante médico, saludó a las personas que le habían atendido y dirigió sus pasos hacia la CALLE, pero sin CALLARSE interiormente.
Y así termina esta apasionante historia llena de "ALTA TENSIÓN".El resto es silencio.
Feliz Martes!
(1) Por goteo incesante, se entiende
ps. Lamentablemente, me encuentro sin conexión de red en casa, con lo cual se me hará casi imposible hacer las visitas de vuestros blogs. Os aviso para que no os preocupéis. Sólo espero poderos compensaros muy pronto. Os mando un abrazo enorme y gracias por estar ahí.
Un abrazo.
Rampy