356. Sobre Rampy y el "Eucalipto Romero"

Martes 17 de Febrero 2009. 0:07 horas zulú. En algún lugar de su escritorio, apenas "zin lú".
Desde siempre, Rampy ha sido propenso a los resfriados. Por alguna extraña razón, los virus también reconocían que nuestro amigo era buena persona y siempre querían acompañarle, montando unos "tablaos flamencos" en su cuerpo y unas fiestas que duraban días y días, como una suerte de afterhours sin fin. Esos días ,en los que los virus tenían "barra libre" para machacar sus entrañas, eran los peores en la vida de nuestro amigo, con la constante sensación de dolor de cabeza - Rampy se inclina a pensar es por las fiestas llena de música "viral chill out" que se montaban sus "amigos".-
De pequeñito, le habían operado de vegetaciones, porque de noche, al dormir, hacía un ruido inmenso con la boca - Tenía alma de ventrílocuo-. Lo cierto es que cuando Rampy se resfriaba, sufría "el RESFRIADO" - sí, con mayúsculas-, porque tenía una tos que era capaz de levantar "a "tós", pero también a Portos, Aramis , y a D,Artagnan.
Así que el resfriado es una cosa que conoce a la perfección Rampy, puesto que más o menos, lo ha ido acompañando casi toda su vida.
Nuestro amigo es poco amigo de ir a visitar mèdicos. De naturaleza aprensiva e hipocondríaca, y con una imaginación casi infinita, era capaz de inventarse una enfermedad al menor síntoma.- y eso "sin tomar" precauciones ni medicinas.-
También es poco amigo de las agujas. De pequeño, pasaba las de Caín cuando tenía que ir a que le sacaran sangre. Era tal la impresión cuando le enseñaban las agujas que siempre se le volvía los ojos del revés, y luego se mareaba. En la actualidad, aunque sigue temiendo las agujas, no las mira, sino que cierra los ojos muy fuerte hasta que la enfermera ha hecho su trabajo de extracción, del mismo modo que cuando vas al banco con tu cartilla de ahorro.
A pesar de ser poco amigo de los hospitales, nuestro protagonista ha pasado varias veces por ellos por múltiples accidentes, de los cuales, afortunadamente, siempre ha salido ileso, con mayores o menores secuelas, pero siempre vivo.
Y es que, debido a su naturaleza nerviosa y alma de niño hiperactivo, Rampy siempre ha sido difícil de controlar. Con una imaginación desbordante, de pequeño le gustaba jugar con todo.
En cierta ocasión, jugando con cerillas, pensó que los flecos de un sillón eran petardos y, ni corto ni perezoso, les prendió fuego. Afortunadamente, el sillón sólo resultó quemado por los flecos y la cosa no llegó a mayores. Ayudó mucho el tener agua muy a mano en el momento de producirse el incendio.
Como hemos comentado en alguna ocasión, Rampy siempre se ha encontrado en un ambiente lleno de libros. Su familia, desde siempre ha sido un "espíritu inquieto" y en casa de Rampy nunca han faltado libros. Su hermano mayor, fue desde siempre un "comelibros profesional", y a nuestro amigo se le despertó la "fiebre librera" muy tarde .
A Rampy siempre le han interesado todos los temas, pero con especial atención la historia. Es una cosa que le ha apasionado mucho desde que nació. `Pero esa pasión por la historia, luego se contagió a otras disciplinas, hasta convertirse en un curioso impertinente, pero sin impertinentes (1)
A Rampy no le gustan mucho las medicinas. Debe ser porque su casa parece una auténtica farmacia y piensa que puede llegar un momento en el que nuestro cuerpo no pueda vivir sin ellas, por eso siempre le gustan los remedios caseros alternativos, antes que las medicinas.
Para el resfriado, siempre le habían comentado sobre las virtudes de las hojas de eucalipto.
Y quizá parezca efecto placebo, pero siempre se ha sentido mucho mejor cuando ha tenido que usarlo.
En su último resfriado, Rampy estuvo usando hojas de eucalipto que calentaba y luego se hacía infusiones de vapor y se sentía muy aliviado, porque la tos que tenía era superagobiante, como la crisis que estamos pasando.
En cierta ocasión, su madre, que usa mucho todo tipo de especias para cocinar, estaba buscando la bolsa donde había puesto el romero - Rampy pensaba que lo había cogido Constantino-
La acción sucedió de la siguiente manera:
- Hijo, tú de dónde sacas las hojas de "eucalipto"- dijo la madre
- Pues yo, de una bolsa que hay en un cajón en la cocina, al lado de donde están los cubiertos- dijo Rampy
-Pues me parece, que las hojas de eucalipto que usas se parecen mucho al romero que uso para cocinar-dijo la madre
-Uppss, pues, lo raro es que me siento mucho mejor-dijo Rampy.
Y así fue como Rampy descubrió unas hojas de eucalipto potencial, pero que tenían sabor a romero, - Por eso las llamó Eucalipto Romero, sin saber si eran familia de Constantino-
Y así termina esta apasionante historia de hoy.
MORALEJA:Hay plantas que te producirán efecto placebo, aunque no te "Plazca"
El resto es silencio.
Feliz Juevesps. Hoy hay que felicitar a los papàs y a los pepes- que no es lo mismo que decir a los del pp, aunque habrá algunos del pp que se llamen pepe- y felicitar doblemente a los papás que se llamen pepe, y a las mamás que se llamen pepa. Y después de este lío lingüístico, me han entrado ganas de hacer pipí y popó, así que me voy en mi barco haciendo Pupúuu!

(1) anteojos con manija, usados por las señoras.