594. Sobre sentirse inútil.

Jueves 9 de Septiembre 2010. 0:07 hora zulú. ReTORNAndo a la normalidad. Imagen sacada de AQUÍ

Alguna vez habéis tenido uno de esos días en los que estás "espeso, espesito mágico, dime quién es el más bello?" y no das pie con bola?
Hoy es jueves, y dio la casualidad de que surgió un rampyrelato como por generación espontánea. La historia empieza así:
Hola, a todos. Me voy a presentar. Me llamo tornos de acceso de control.
Me puedes encontrar en estaciones de trenes y estadios de fútbol y sirvo para controlar el acceso a este tipo de recintos para que no haya aglomeraciones, y hoy os quiero contar una historia que le pasó a nuestro amigo Rampy.
Desde siempre, Rampy ha sido seguidor del equipo de su ciudad, el Málaga C.F. Y siempre tuvo ganas de sacarse el carnet del Málaga, pero como el fútbol no es para ir más solo que la una , sino para ir más bien acompañado, pues nunca tuvo la inquietud de hacerlo... hasta el año pasado.
El año pasado conoció a un grupo de amigos futboleros, entre los que se encontraba Fiebre , que van con pasión a todos los encuentros y eso le metió el gusanillo del fútbol a Rampy en el cuerpo. Así que este año decidió sacarse el carnet y ser "sufridor en casa", como en el 1,2,3
El carnet lo recogió el mismo día en el que se iba a disputar el primer encuentro de la nueva temporada entre el Málaga y el Valencia.
La expectación en el campo era enorme, y también la expectoración, porque había muchas personas cogidas de los bronquios.
Bueno, gente nueva, pero caras viejas, y con un campo lleno hasta casi los topes. Primer día de Rampy como socio del Málaga en la nueva etapa del equipo de su CiUdad, que no es lo mismo que la Convergencia i Unió de su ciudad.
 Nuestro atribulado amigo, como no ha ido muchas veces al campo, Queda con su amigo en la puerta por donde debe acceder, aunque en teoría no iba a sentarse en su localidad, sino hacer una pequeña trampa y no era precisamente su puerta de acceso
A esto que está delante del torno de acceso y no se le abre la puerta.
Rampy mira a su amigo Nacho todo nervioso y le dice: Tío, esto no va
Nacho que mira a Rampy atónito, y le dice: ¿ Cómo que no va?
-A ver, pon otra vez el carnet que yo te vea
Rampy pone el carnet otra vez y al verlo poner le dice:
-Quillo, al revés, que así puede leer la máquina los códigos de barra.
Y es que los nervios le dieron una mala pasada a nuestro atribulado amigo.
Y Rampy quiso que la tierra lo tragara porque lo estaba viendo todo el mundo, y se sintió como un inútil.
 Afortunadamente, esa sensación de inutilidad le duró muy poco tiempo.
Y así termina nuestra historia de hoy
Moraleja:
Rampy, jomío, estas cosas sólo te pasan a ti, pero míralo por el lado bueno, gracias a esto, tienes abundante material para publicar en tu rampyblog.
El resto, es silencio.
Feliz Jueves.



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