Nos enfrentamos a lo que comúnmente, se denomina “cuesta de Enero”.
Y es que después de “pagar los servicios de los Reyes Magos”, la mayoría de economías domésticas, apenas si puede llegar a fin de mes.
Si a esto, unimos las subidas que siempre ocurren de algunos precios de artículos indispensables, la situación, entonces, se hace incluso más caótica.
Encima, para colmo de males, para aquellas personas que les gusta comprar, simplemente por gusto, por placer o incluso por capricho, estos meses son “criminales”, porque tiene todo un paraíso de “objetos a su alcance a mitad de precio”.
Son tiempos en los que la moderación debe ser cosa de sentido común, pero siempre hay “compradores compulsivos” que compran artículos muy rebajados de precio, pero que luego son completamente inútiles.
Esta situación de rebajas, llega hasta finales de febrero, que es el momento en el que se anuncia, la llegada precipitada de la primavera.
Mientras tanto, en los talleres de costura, ya se adelantan y anuncian la moda para el próximo otoño-invierno.
Algunas rebajas, son requetebajas y la gente, incluso llega a pelearse por ellas, como boxeadores en un ring.
Es tradición, el primer día de rebajas, que la gente se agolpe en los grandes centros comerciales, para coger los “chollos”
Simplemente, se trata de que la “máquina de hacer dinero”, siga funcionando.
Y para rebajar la tensión, mejor me marcho
Un saludo
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